El Albergue de Animales de Alicante acoge a los animales que desgraciadamente ya han sido abandonados, que se han retirado a sus dueños por ser maltratados o se han perdido. Aunque sabemos que un albergue no es el lugar ideal para ellos, sí es el último hogar para muchos que son abandonados.
Tú también puedes ayudarles. Hazte voluntario. Podrás pasear con ellos, ayudar en la limpieza, darles de comer o simplemente jugar con ellos y darles un poco de ese cariño que tanto necesitan. A veces, la diferencia entre dar o no dar una caricia es que ese pequeño tenga esperanza un día más y logre su segunda oportunidad.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Marqués: adiós al gato más veterano de la protectora


Marqués llegó al albergue hace más de 10 años siendo adulto, era sin duda, el señor de la protectora.

Rondaba los 19 años y tras incluso superar hace pocos meses un ictus cerebral, ha estado débil debido a las secuelas y su avanzada edad. Sabiendo desde hace tiempo que tarde o temprano tendríamos que decirle adiós, ayer no hubo más remedio que despedirse de él.

Marqués fue adoptado al principio de estar en la protectora dos veces y no se habituaba a estar en una casa, las dos veces se escapó de sus familias adoptivas que vivían cerca del albergue y regresó.  
Siempre estaba en la recepción, cerca de la gente y persiguiendo a los voluntarios y el personal en silencio para que le dieran comida. Nunca tuvo un problema con ningún otro animal, es más, se ponía en medio cuando algunos de sus compañeros se peleaban hasta poner orden. Muchas han sido las veces en las que hemos dicho que a Marqués sólo le hacía falta hablar. Tenía una cara muy expresiva, unos ojos sabios y prestaba atención cuando le decíamos algo. 

Ha sido y será un gato muy especial que jamás olvidaremos, todos teníamos locura con él y le vamos a echar de menos siempre.
Nos quedaremos con su recuerdo guardado, el recuerdo de un gato feliz que fue abandonado y vivió el resto de su vida en la protectora de animales en libertad, dando amor a todas las familias que se acercaban a acariciarlo, disfrutando en verano tumbado a la sombra, durmiendo entre las mantas de las habitaciones en invierno, calmando a los demás gatos, pidiendo comida sin ni siquiera maullar.
Nunca nos olvidaremos de nuestro Marqués.







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