Seguro que muchos os acordáis de Yara, ¿verdad? Esos ojos son difíciles de olvidar.
Fue dejada en nuestro albergue con su hermana, que salió casi enseguida adoptada.
Yara estuvo acogida en casa de unas voluntarias hasta que encontraron una familia estupenda para ella. Cada vez que venía de visita, nos peleábamos por estar con ella un ratito. Es cariñosa, juguetona y esa mirada nos atrapaba.
Su familia nos envía fotos de su vida actual para que veamos lo contentos que están con ella y lo feliz que es.
Se ha hecho la dueña de la cama y la mejor amiga de la peque de la casa.