El voluntario animalista no persigue ningún tipo de beneficio ni gratificación por su ayuda.
La mirada de cada uno de los animales a los que ayuda es una recompensa más que suficiente.
El voluntario animalista persigue un objetivo positivo y legítimo.
La dignidad de todos y cada uno de los animales, el derecho a vivir con calidad de vida y no ser víctima permanente de los devenires de la voluntad humana.
El voluntario animalista no busca el perjucio ajeno en ninguna de sus ramas ni cuando éste le ayudase a perseguir sus objetivos a sabiendas de que la única forma de que el sistema cambie para proteger a los animales es haciendo todos y cada uno de los colectivos se expresen y actúen como uno solo.
El voluntario animalista no siente que la defensa animal es un pasatiempo ni un entretenimiento sin más, sino que persigue la satisfacción de una necesidad definida, de una necesidad sentida y manifiesta ante tanta injusticia hacia el mundo animal.
El voluntario animalista no siente que la defensa animal es un pasatiempo ni un entretenimiento sin más, sino que persigue la satisfacción de una necesidad definida, de una necesidad sentida y manifiesta ante tanta injusticia hacia el mundo animal.
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